
Mujeres en silencio
MUJERES
A diferencia de países como Francia y sobre todo Italia, donde las escritoras fueron un fenómeno culturalmente conocido y tolerado en el siglo XVI, en España antes de 1590 resultaban una rareza exótica.
Esta situación cambiará en poco tiempo a partir de la publicación de las obras de Teresa de Jesús en 1588. La unión íntima e indisociable entre la santa y su escritura sirvió para que socialmente apareciera un modelo de escritora.
Y ya en 1600 encontraremos a varias autoras.




Las corrientes principales de la poesía del siglo XVII se pueden enmarcar en:
El culteranismo: Mayor importancia a la forma.
El conceptismo: Mayor importancia al contenido.
Ambas surgen de la necesidad de algunos poetas por innovar y renovar el lenguaje poético culto del Renacimiento. Esta renovación en principio parecen opuestas y, por lo cual, causó enfrentamiento entre ellas.
El siglo XVII o "siglo barroco", continuó la línea de la poesía culta que se iniciará en el Renacimiento (principios del siglo XVI) pero por vías diferentes. Por un lado, se siguió con las últimas formas y temas, sobre todo la de Fray Luis de León; por otro lado, se produjo una renovación, en dos direcciones aparentemente opuestas: el culteranismo y el conceptismo. Esto no quita que ambas tengan rasgos comunes. Al mismo tiempo, la lírica popular y tradicional es seguida con interés por los principales poetas de esta época que también cultivan este género de poemas.

-
ANA CARO
Fue una de las voces poéticas y dramatúrgicas más importantes del siglo XVII.
Aunque sabemos que nació en 1590 se desconoce si nació en Sevilla o Granada, pero de lo que sí tenemos constancia es que era una esclava con padres adoptivos moriscos.
Su carrera oficial comienza en 1628, cuando participó con la Relación poética de las fiestas celebradas en el convento de San Francisco en Sevilla en las fiestas que la ciudad celebrara por los mártires del Japón. Más tarde, en 1637 escribe el poema laudatorio Contexto de las reales fiestas madrileñas del Buen Retiro.
Se sabe que mantenía una estrecha relación con María de Zayas, la otra gran escritora del Siglo de Oro junto a sor Juana Inés de la Cruz, y que incluso convivió con ella en Madrid. También trabó amistad con la condesa de Paredes,
Al contrario que otras escritora, Ana recibió el elogio en vida por parte de personalidades como Juan de Matos Fragos o Luis Vélez de Guevara, quien la menciona en El diablo cojuelo con el apelativo ‘La décima musa sevillana’. Contó con el favor del Conde Duque de Olivares y hay documentos que demuestran que llegó a cobrar por su trabajo, lo cual la convierte en una de las primeras escritoras profesionales.
Se tiene constancia gracias a Rodrigo Caro, poeta e historiador, de que ganó varios certámenes poéticos y llegó a ser muy valorada en su época. Escribió sobre todo poemas de celebraciones, eventos y fiestas públicas.
Probablemente, falleció por la epidemia de peste en Sevilla el 6 de noviembre de 1694.



Valor, agravio y mujer.
El propósito de este trabajo es tratar de determinar en Valor, Agravio y Mujer la validez del término “feminista” que algunos críticos proponen. Este artículo intentará salir de la dualidad feminista/no feminista y trabajar con la idea de proto-feminismo. Esta breve investigación partirá desde un marco histórico y en base a las convenciones del teatro del Siglo de Oro. Para determinar la validez del término proto feminismo que se propone, se analizará los personajes principales, ya que se entiende que en ellos estará la clave.
La razón que nos impulsa a proponer este término, es que, por un lado el término “feminista”, atribuido a la obra de Caro, es un concepto que pertenece a épocas mucho más recientes. Por otro lado, el término “feminismo” puede ser entendido como movimiento y como teoría. Debido a que hay muchas clases de feminismos, en este trabajo se manejará el concepto feminismo como todo aquello que trate de mejorar las condiciones sociales de la mujer. Las preguntas que se tratarán de contestar serán entonces: ¿Había una intención feminista, como la conocemos el día de hoy, en las obras de Ana Caro? ¿Proponía Ana Caro, a través de sus personajes, algún tipo de cambio en la sociedad aun implícitamente?

-
SOR MARÍA DE LA ANTIGUA

Nació en 1566 en Cazalla de la Sierra (Sevilla), junto a la ermita de la Virgen del Puerto, en soledad y desamparo.
Bautizada con el nombre de María, tomó el sobrenombre de Antigua en el convento de Nuestra Señora de la Antigua, de Utrera, donde sus padres trabajaban para las religiosas Dominicas.
A los 13 años de edad ingresó en el convento, hoy desaparecido, de Santa Clara, en Marchena. A lo largo de su vida religiosa se distinguió por vivir heroicamente las virtudes, particularmente la caridad y la humildad, manifestando también gran amor por la salvación de las almas. Vivió con el deseo de ser mártir.



-
CRISTOBALINA FERNÁNDEZ
Nació en Antequera (Málaga) en 1576. Hija natural de un escribano, pero educada en el conocimiento de la Gramática y del Latín.
Un camino diferente siguió su relación platónica con el poeta de la escuela antequerana-granadina Pedro de Espinosa, que le inspiró su "Composición amorosa", donde afloran profundos sentimientos.
En su época fue llamada "La dulce antequerana Clío". Su gran belleza física y espiritual levantó fuertes pasiones.


POESÍA DE LA ÉPOCA

SEVILLA DEL SIGLO XVI-XVII

En los siglos XVII Sevilla cayo en una profunda decadencia económica y urbana. En la gran epidemia de peste de 1649 murieron aproximadamente 60 000 personas. También en esta época el espíritu contrarreformista transformo a Sevilla en una ciudad-convento. En 1671 existían 45 monasterios de frailes y 28 conventos femeninos. De esta época surgen un gran número de iglesias y retablos así como muchas de las imágenes, pasos y costumbres de la Semana Santa sevillana.


Fachada de la fabrica de tabaco XVIII.


Se dice que Sevilla “tiene un color especial”, y lo tiene desde mucho tiempo atrás. Es uno de los lugares turísticos más importantes de Andalucía y España, incluso la ciudad con el casco histórico más extenso de nuestro país.
Parte de su riqueza histórica y monumental viene del siglo XVI, época dorada para esta ciudad en cuanto la construcción de edificios memorables.

MONUMENTOS DE SEVILLA DEL SIGLO XVI-XVII

1. Archivo de Indias: No se funda como institución hasta el siglo XVIII, el edificio que hoy lo acoge se construyó en el siglo XVI. Su función era la de Casa Lonja, es decir, donde se cerraban los acuerdos comerciales. Los mercaderes solían cerrar sus tratos en la Catedral de Sevilla y cuando hacia calor o llovía se metían en el interior del templo.

2. La Giralda: Es el edificio más emblemático de Sevilla y fue precisamente en la época de “La Peste” cuando alcanzó su aspecto actual. La torre se comenzó a construir en 1198, bajo el dominio musulmán. Pero en el siglo XVI el arquitecto Hernán Ruiz II construye el remate actual con 21 campanas y coronado por la escultura del Giraldillo, una veleta que todavía hoy señala la dirección de viento y que representa a una mujer embarazada y vestida de guerrera.

3. Los conventos: Un ilustre visitante que fue a Sevilla en el siglo XVI se sorprendió de la cantidad de torres que tenía la ciudad. En el siglo XVI había en Sevilla casi un centenar de clausuras. La capital hispalense era el único puerto desde el que se podía embarcar al Nuevo Mundo. Numerosos monasterios y conventos se construyeron o reformaron precisamente en esta época: Santa Paula, Santa María de Jesús, Santa María del Socorro, Madre de Dios, etc.


4. Catedral: Es de estilo gótico, inaugurada en 1528, es la tercera más grande del mundo. Se sitúa en el antiguo lugar donde se encontraba la Gran Mezquita. En su interior cuenta con más de ochenta vidrieras, dejando pasar la luz. El conjunto queda enriquecido por obras de pintores como Murillo o Zurbarán.
5. Casa de dueñas: Es un palacio que pertenece a la Casa de Alba. Tiene un patio espectacular, como un patio andaluz, donde destacan detalles con toques sevillanos en sus ladrillos, tejas, azulejos y cerámicas. Uno de los principales atractivos del palacio de Las Dueñas es la importante colección artística y decorativa que contiene. Una curiosidad acerca de este palacio es que en él nació el autor Antonio Machado.







LA ESCUELA SEVILLANA

ESCUELA DE PINTURA

Este siglo nos trae el barroco con el triunfo del naturalismos. En este momento, la escuela sevillana alcanza su mayor esplendor, por la calidad de las obras. En tres periodos puede dividirse el desarrollo de la pintura barroca hispalense
Algunos pintores Juan del Castillo, Antonio Mohedano, Francisco de Herrera el Viejo, en quien aparecen la pincelada rápida Juan de Roelas, introductor del colorismo.



Pintores

1. Diego Velázquez (Sevilla, 1599 – Madrid, 1660)
El más conocido de la pintura española barroca y uno de los más grandes pintores de las historia universal del arte. Con sólo 10 años comenzó su formación en Sevilla en el taller de Francisco Herrera el Viejo. A los 24 se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y más tarde recibió el cargo más importante que podía conseguir, pintor de cámara. Podemos ver gran parte de sus cuadros en el Museo del Prado, donde están las obras más conocidas como Las Meninas, La fragua de Vulcano o La Rendición de Breda.


2. Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617 – Cádiz, 1682)
Era el más chico de catorce hermanos. Quedó huérfano de padre a los nueve años y poco después murió su madre, con el se quedo Ana, su hermana mayor, lo que le permitió ir al taller de un pariente pintor, Juan del Castillo. En 1645 recibe un importante encargo: una serie de lienzos para el claustro de San Francisco el Grande, donde se incluye La cocina de los ángeles, una de sus mejores obras. El éxito de esta le permitió mantener a los nueve hijos que tuvo con su esposa. Dedicó la mayor parte de su vida a temas iconográficos, como la Virgen con el Niño y la Inmaculada Concepción.





.png)
ESCUELA
POÉTICA

En la literatura española del siglo XVI se habla tradicionalmente de dos Escuelas Poéticas: la Sevillana y la Salmantina. Esta última vivía por entonces en el lujo y la abundancia por ser el lugar al que llegaban las riquezas que venían de los territorios americanos y, aunque no tenía universidad, contaba con una valiosa institución docente: la Escuela de Humanidades y Gramática
En 1794 Sotelo y Arjona, que estudiaron juntos, crean la Academia de Historia Eclesiástica. Un año antes, el 9 de mayo de 1793, se funda la Academia Particular de Letras Humanas de Sevilla. Al año siguiente ingresan como Blanco, Lista y Vácquer. Su lema es "Para ser buen poeta no es suficiente el buen gusto sin el genio" y su objetivo es difundir el buen gusto y los principios de la verdad en la literatura.

Escritor
Fernando de Herrera (Sevilla, 1534 - 1597) fue un escritor español del Siglo de Oro. Fue apodado con el nombre de "El Divino".
Su poesía parte de la herencia petrarquista, en la que pretende introducir novedades.
Su obra literaria son bastante variada, teniendo en cuenta, las obras perdidas. Entre sus obras conservadas destacan unas en prosa, como la Relación de la guerra de Chipre y suceso de la batalla naval de Lepanto.
Entre las no conservadas figuran varios poemas de carácter épico y mitológico como La gigantomaquia, sobre los titanes.
Su vida está enmarcada en torno a Sevilla y en torno a sus poemas.
Aunq








T e a t r o


Prosa


María
Aunque algunos estudios actuales sobre escritura femenina ignoran la existencia de escritoras anteriores al siglo XIX, la realidad española del siglo XVII es bien distinta. Frente a un período anterior a 1600, cuando en España apenas si contamos con escritoras, a partir de estas fechas se produce un significativo fenómeno de aumento en su número y visibilidad social. La escritura femenina deja de estar estigmatizada y, aunque nunca reconocida en igualdad con los hombres, produce ejemplos notables e incluso autoras de amplio reconocimiento.
Pero bueno, anteriormente hemos visto el comienzo de la mujer en la escritura, con la poesia , pero aqui van algunas del género Narrativo.


1. MARÍA DE ZAYAS


Fue la primera española que escribió y publicó un libro de ficción con su nombre


María de Zayas Sotomayor (Madrid, 1590-1648), fue una escritora española del Siglo de Oro. Sus novelas cortas tuvieron gran éxito y se siguieron reimprimiendo hasta que en el siglo XVIII la Inquisición decidió prohibirlas.
Su padre era capitán de infantería por lo tanto tuvo que trasladarse a varios lugares, como a Napoles.
OBRAS NARRATIVAS
La obra narrativa de María de Zayas se integra en el género de la novela corta que tanto éxito tuvo en las letras españolas del siglo XVII, sobre todo a partir de la edición de las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes en 1613. La relación entre las diez Novelas amorosas y ejemplares de Zayas y las doce cervantinas se intuye en la coincidencia del título y en el interés por reflejar en sus relatos una visión crítica hacia comportamientos o valores sociales que perjudican a la mujer; además, sus autores beben de la tradición común de los novellieri italianos.



La primera parte de la obra consta de diez novelas cortesanas en que analiza los estratos sociales superiores de su época, con visible influencia de Cervantes, como ya mencionamos antes.Además, hay un fuerte componente de denuncia social: su revelación de injusticias indignantes reflejan una fuerte independencia y un recio orgullo femenino, sin ahorrar crudeza en las escenas escabrosas.
Del Decamerón de Giovanni Boccaccio toma la fórmula del marco narrativo: la reunión por culpa de una enfermedad (en vez de la peste, unas cuartanas de Lisis) de unos personajes que, a lo largo de cinco noches narran en cada una de ellas dos novelas de gran crudeza.


Se inició como poetisa en las academias de Madrid, su favorito era Lope de Vega

La segunda serie lleva el título de Novelas y saraos (Barcelona, 1647) y Parte segunda del Sarao y entretenimientos honestos (1649), reeditados bajo el título de Desengaños amorosos. Solo se diferencia de la primera en que aumenta la truculencia y escabrosidad de los argumentos.
Compuso además una comedia, La traición en la amistad, y se conservan algunas poesías suyas en diversas antologías.
María de Zayas y la defensa de la mujer
Pincha
Aunque es arriesgado hablar de «feminismo» en la época que escribió esta autora, no podemos obviar el hallazgo de ideas reivindicativas en el conjunto de su obra.
María de Zayas se alza contra ideas misóginas (en ocasiones, enmascaradas bajo una sátira antipetrarquista) como las de Baltasar Gracián, que expuso en El Criticón: «Pues las mujeres, de pies a cabezas una mentira continuada, aliño de cornejas, todo ajeno y el engaño propio». Francisco de Quevedo, en la parte El mundo por de dentro que integra su obra filosófica Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños en todos los oficios y estados del mundo, llegó a decir:
Precisamente, Zayas acusará a los hombres de limitar la existencia de las mujeres a vivir encerradas en el ámbito doméstico, y obsesionadas por su honra y por el acicalamiento excesivo. Todo ello destina a la mujer a vivir preocupada por las apariencias y a desarrollar comportamientos hipócritas o engañosos. La escritora considera que la sociedad tendría que abrir el horizonte de expectativas a las mujeres para que pudieran cultivar su intelecto y decidir su destino social. De esta manera, se mejorarían las relaciones entre hombres y mujeres y se evitarían matrimonios forzados, engaños de las mujeres por proteger su honra, muertes de esposas por maltrato físico y psicológico y, en términos generales, la infelicidad a la que se ven determinadas las personas nobles de su sociedad.
No debemos olvidar que la perspectiva de Zayas es la de la clase acomodada y aristocrática; en ese sentido, se ha hablado de su visión tradicional de la sociedad. Como expone Alicia Yllera, la autora ataca ciertos prejuicios, pero defiende el valor de la honra y culpa a los hombres de poner en peligro el buen nombre de las mujeres nobles (educadas en la vulnerabilidad física y moral):

las mujeres lo primero que se visten, en despertándose, es una cara, una garganta y unas manos, y luego las sayas. [...] Las cejas tienen más de ahumadas que de negras; y si como se hacen cejas se hicieran las narices, no las tuvieran. [...] ¿Qué cosa es ver una mujer, que ha de salir otro día a que la vean, echarse la noche antes en adobo, y verlas acostar las caras hechas cofines de pasas, y a la mañana irse pintado sobre lo vivo como quieren? (Quevedo 1972, 177)
.jpg)
reprocha a los hombres el denigrar sistemáticamente a las mujeres y, por unas que yerran, condenar a todas. Quiere mostrar que, incluso aquellas que mueren acusadas de adulterio, muchas no son sino víctimas de equívocas apariencias. Reprocha, por otra parte, a los hombres el ser causantes del mal de las mujeres.

Sin duda Zayas es en la actualidad la escritora más importante del período y sus dos obras de novelas fueron apreciadas desde su propia época, con ediciones sucesivas que continuaron en el siglo XVIII y con textos que fueron traducidos al italiano y al francés e incluso, a través de esta lengua, llegaron a influir sobre escritores ingleses. Es asimismo muy relevante el papel que asumen las mujeres, que al actuar como narradoras prueban la tesis que la autora defiende en el prólogo sobre la educación de la mujer. No obstante, esa tesis ampliamente expuesta en su obra, que cuestiona la tradición sobre la incapacidad de las mujeres para el saber intelectual





A través de esta visibilidad se puede crear un sentido de tradición femenina hasta entonces impensable, lo que da carta social de naturaleza a las escritoras y permite sacarlas del limbo de lo excepcional. Este desarrollo se muestra asimismo en los prólogos de escritoras.
Durante el siglo XVI y los primeros decenios del XVII lo normal es que pidan disculpas por su estilo, justifiquen su audacia y expliquen las razones que las han llevado a escribir, siempre dentro de una moralidad intachable y por una buena causa. En el prólogo a sus Novelas amorosas y ejemplares (Zaragoza, 1637) María de Zayas le dice al lector:
Es cierto que exhortar al lector a comprar la obra fue uno de los tópicos prologales del momento, aun así hay que destacar que no está pidiendo permiso al lector, no están recurriendo al tópico de la humilitas para ganar su benevolencia, sino que muy al contrario se expresa en pie de igualdad con los hombres. Esto sólo pudo
hacerlo M.ª de Zayas por ser una mujer que había nacido en torno a 1590 (recordemos que uno de los momentos álgidos de la alfabetización femenina), que convivió desde su infancia con una tradición de escritura femenina, bien en obras exentas (desde 1590 se aprecia un aumento de obras de mujeres impresas) y en justas. En esa sociedad que admitió a la mujer escritora como un elemento quizá exótico, pero aceptable puede producirse luego un paso más allá. Ahora bien, no estuvo exento de tensiones, porque las críticas no desaparecieron y, de hecho, los años en que la escritoras son más visibles es cuando surge la sátira quevediano de la “culta latiniparla” o cuando aparece en la comedia el personaje de la mujer sabia o pedante como en La dama boba de Lope de Vega.
Ambos son una muestra del impacto que tenía como fenómeno social. Son críticas plagadas de tópicos (sabia/ culta = fea sin capacidad de amar no futura madre incumplimiento del rol primordial), que pretenden estigmatizar una conducta que implícitamente atenta contra la hegemonía de género.
Y no sólo deves hazer esto [comprar el libro], mas anhelar por la noticia de su autora a no estar sin su libro tu estudio, no pidiéndolo prestado, sino costándote tu dinero, que aunque fuesse mucho le darás por bien empleado.
Muy discretas y muy feas,
mala cara y buen lenguaje
pidan cátedra y no coche,
tengan oyente y no amante.
No las den sino atención,
por más que pidan y garlen,
y las joyas y el dinero
para las tontas se guarde
(Quevedo, 1972: 290-291)
.jpg)

2. LUISA DE PADILLA




Compuso tratados dedicados a la educación de los nobles y a la reforma de sus costumbres.


Condesa de Aranda

Nuestra autora destaca en repensar la moralidad de la nobleza. . Luisa María de Padilla utilizó en pocas ocasiones la ficción en sus escritos. Su obra consta de un gran estudio y erudición.
Luisa de Padilla y Manrique, condesa de Aranda nació en Burgos según se cree en 1590 y murió en Épila en 1646. Hija de don Martín Padilla y Manrique, primer conde de Santa Gadea y capitán general de la Armada, y de Luisa de Padilla y Manrique 8ª condesa de Buendía. En 1605 contrajo matrimonio con el Vº conde de Aranda convirtiéndose así en condesa de Aranda.
Fue una escritora prosista. Una mujer interesada por los estudios históricos y arqueológicos. En sus escritos, Luisa de Padilla manifiesta la preocupación sobre las actitudes de la nobleza.

Se puede considerar como una proyección
ampliada de la función social de las mujeres nobles: ser educadoras de sus hijos.


Apelaba a sentimientos y
situaciones que podían ser comprensibles desde su propia experiencia

Las seis obras que redactó fueron publicadas entre 1637 y 1644, cuatro de las cuales son propuestas de modelos de comportamiento para los nobles. En las dos primeras, publicadas en 1637 y 1639, ocultó su identidad por el recelo con el mundo editorial.
Su primera obra, Nobleza virtuosa es una relación de normas para los nobles en sus relaciones cortesanas, familiares y amistosas, y hay desconfianza respecto al valido y la Corte. Lo que escribió fue para la educación o mejora de la nobleza, pues su papel era formar parte en las tareas de gobierno. Pero para ello era necesario una regeneración que propugnó en dos vías: una civil, en los cuatro primeros libros de la Nobleza virtuosa y otra religiosa en sus dos últimos tratados sobre la verdad y la castidad.
Ninguna de sus obras ha sido publicada de nuevo pese a su éxito en la época. De Lágrimas de la nobleza es del que existe el mayor número de ejemplares localizados. Esto muestra que no tuvo problemas para publicar ya que pertenecía a la aristocracia. Esta misma pertenencia es la que le permite tratar un tema tan cercano a la política como el papel de la nobleza, pese a ser mujer. El núcleo central de su obra es la "reformación de nobles", término muy propio de la época.

Su Noble perfecto y segunda parte de la Nobleza virtuosa es un manual de conducta para la educación de los niños nobles con recursos propios para la memorización
Por ultimo, he de decir que esta escritora desarrolló una función social, lejos de la que tenían el resto del común de mujeres de su tiempo. Salió de los margenes que se les impuso a las mujeres de su tiempo, pero sin romper los moldes de identidad femenina aceptados por la sociedad, y por la mentalidad masculina dominante.
Voy a mostraros una frase impactante de esta autora.
3. MARIANA DE CARVAJAL

“mucho mejor es ser nobles que descender de nobles […]. Sola ella es permanente nobleza: florecer con propios actos heroycos es lo que la adquiere, no los de los ascendientes”




Autora de oficio.



NO hay pinturas de ella.

Mariana de Carvajal descendía de una noble familia granadina, aunque nació en Jaén a principios del siglo xvii. Desde muy joven residió en Granada, donde conoció a su futuro marido, Baltasar Velázquez, alcalde de hijosdalgos en esa Real Chancillería. Contrajeron matrimonio en 1635 y en 1640 nació su hijo Rodrigo, primero de una numerosa familia (se tienen noticias de seis hijas y tres hijos más). Cambiaron su residencia a Madrid cuando nombraron a Baltasar Velázquez del Consejo de Hacienda. Mariana de Carvajal enviudó en 1656 y hubo de afrontar una precaria situación económica. Obtuvo del Rey una pensión de 200 ducados y volvió a Granada, donde ya debía de residir alguno de sus hijos. Murió alrededor de 1664.
En 1663 hay constancia de doce comedias escritas, hoy desaparecidas. Algunas de sus novelas se ambientan en la ciudad jiennense de Úbeda. Se engloba dentro del género llamado novela cortesana.
(Se trata de una narración breve de ambientación urbana, casi siempre de temática amorosa, con ingredientes costumbristas, picarescos, pastoriles y ecos de la novelística italiana más decente y menos anticlerical a los rigurosos criterios de los inquisidores españoles (novellieri como Giovanni Boccaccio y sus más honestas piezas del Decamerón))

No se le conoce otra obra que Navidades de Madrid y Noches entretenidas (1663), colección de novelas cortas formada por La Venus de Ferrara, La dicha de Doristea, El amante venturoso, El esclavo de su esclavo, Quien bien obra siempre acierta, Celos vengan desprecios, La industria vence desdenes y Amar sin saber a quién, si bien en el prólogo menciona un tomo de doce comedias que, probablemente, no llegó a imprimir.
Ella argumenta sus novelas en el luto de la dueña de una casa que acaba de enviudar y que aprovecha los días de una Navidad agridulce para contar algo que, en principio, no tiene por qué ser negativo.
